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(Miquel Ramis )
Parece que muchas
ventajas que nos proporciona la electricidad y la tecnología
moderna nos permite disfrutar por primera vez en la
historia de ventajas que pocos conocieron en las generaciones
precedentes; los helados, por ejemplo.
Pues no, como tantas otras veces, la historia nos demuestra
que no hay nada nuevo bajo el sol, y ya hace muchos
siglos los habitantes de climas tán calurosos
como los del mediterráneo ya se las había
ingeniado para conseguir tomar helados en agosto.
Hasta principios del siglo XX existió una profesion
en Mallorca "Nevater" ( "nievero")
que consistia en abrir una especie de fosas en forma
ovalada en plena montaña, en zona de nieve, y
forrarlas de piedra seca para evitar que los costados
se acabaran derrumbando. Aprovechando los dias inmediatos
a las nevadas, estos hombres llenaban de nieve estas
fosas , llamadas "cases de sa neu" ( "casas
de la nieve") y las cubrían con una espesa
cubierta de ramaje para evitar que el aire caliente
modificara el microclima creado en el interior de la
fosa.
Lo increíble es que estas fosas mantenían
la nieve apelmazada durante toda la primavera, subiendo
en verano los nevaters a recogerla. El hielo era cargado
a lomos de mulas o asnos, tambien envuelto en una cubierta
vegetal y bajado rápidamente a las "gelaterias",
donde se utilizaba para hacer los tradicionales helados
de almendra, avellana y albaricoque.
Cases de sa neu abandonadas en plena sierra
de tramuntana. El frescor y el abrigo que proporcionan
las piedras ha permitido el crecimiento de la
vegetacion en una zona absolutamente batida por
los vientos y extremadamente seca en verano.
La cubierta habitual estaba constituída
por unos troncos a modo de vigas sobre la que
reposa un entramado vegetal, de "carritx"
( carrizo). Las bóvedas de piedra son menos
habituales, como en Fartàritx des racó,
en Pollensa, ofreciendo un aspecto muy parecido
a una bassa. |
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Las medidas habituales varian entre los 10-15
metros de largo por 5-7 metros de ancho. La profundidad
entre los 4 y 7 metros, que probablemente serían
algo más de estar perfectamente limpios.
Las cases de nevater son los refugios que construían
probablemente para dormir y aprovechar las primeras
horas de la mañana para iniciar la bajada,
cuando el sol todavía no calienta, llevando
la nieve hasta el llano.
Las paredes se levantaban alrededor de un metro
sobre el terreno, a fin de aumentar el grado de
sombre que la propia cubierta proyectaba sobre
la fosa. La puerta daba acceso a unos escalones
por los que se accedía a recoger la nieve.
En la parte superior de la construcción
unos huecos "bombarderes" permitian
lanzar la nieve con la pala hacia en interior.
El suelo está tambien cubierto de piedras.
Entre las rendijas, el agua puede evacuarse, evitando
así que se funda todo el grueso del contenido,
como sucedería si el agua se embalsara,
en contacto con la nieve.
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"Navaters" recogiendo nieve. Cuadro
de Jaume Nadal y Ferragut, aprox 1750, . Parte
de una colección e 5 cuadros sobre trabajos
del campo, encargados por el Marqués de
Palmer para la Possessió de Massanella.
En el vemos a la izquierda como dos "nevaters"
van cargando nieve en un curioso recipiente de
madera mientras que otros dos transportan una
carga sobre dos varas.
En la parte central otro "nevater"
descansa apoyado sobre su pala mientras en la
parte inferior dos margers" están
forrando una "casa de neu" con piedras,
pera mejorar su capacidad aislante durante los
meses cálidos. Un ejemplo de construcción
bioclimática que aprovecha la baja transferencia
térmica de la piedra para mantener en interior
de un habitáculo fresco.
( Img: Art de conró. Montserrat
Fontanet, de 1747, reeditado por la Ed. Es Gall.2001.) |
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El placer de disfrutar de bebidas frescas en
verano es común en todo el mediterráneo.
Por ejemplo en la antigua Grecia , existían
diseños especiales de jarras para refrescar
el vino con ayuda de agua helada o niever y se
almacenaba la nieve en inverno cubriendola con
paja.
En Mallorca, en años de pocas nevadas,
se llegó a importar nieve desde Barcelona
y naturalmente, se exportaba Nieve a Menorca e
Ibiza. Este curioso comerció murió
en el s XIX, cuando aparecieron las primeras maquinas
de hielo en barra.
El folklore mallorquín recoge una vieja
glosa probablemente relacionada con el oficio
de nevater:
"pitgen sa neu, pitgen sa neu,
y tots estan dins ses cases;
peguen potades, peguen potades,
en Toni, en Xisco, en Joan i n'Andreu".
"aprietan la nieve, aprietan la nieve,
y todos están dentro las casas;
pegan patadas, pegan patadas,
Toni, Francisco, Juan y Andrés".
( La nueve, una vez colocada en el depósito,
se comprimía en lo posible para mejorar
su estado de conservacíón y convertirla
en hielo.)
( Img: www.conselldemallorca.net/mediambient/pedra/doc/voltesgalileu.pdf)
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Pero no todos los neveros son construcciones
sencillas. En alguns casos, encontramos verdaderas
obras maestras, como la cava arqueada de Agres
en sierra Mariola en Alicante. |
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| Una estructura de bóveda de cruceria sobre
planta cuadrada, de la que a solo quedan los nervios. |
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| Estos se levantan como impresionantes arbotantes,
apuntalando la clave de bóveda. El encuentro
de esta arquitectura en medio de la naturaleza crea
un gran impacto visual. |
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| A diferencia de los mallorquines, los neveros
de esta cava no consideraron necesario proteger
la nieve de la tierra con paredes y suelo de piedra,
o bien los lugareños retiraron las piedras
para sus construcciones, una de las primeras causas
de destrucción de patrimonio. |
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| En medio del paisaje, los orgullosos arcos de
la cava de Agres nos dan testimonio de la decisión
y maestria de los antíguos maestros de obra. |
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Obreros trabajando en un pozo de la nieve.
La nieve era conducida a los pozos, donde se almacenaba,
compactándola con pesados mazos de madera.
En estos habitáculos se conservaba hasta
que, al llegar la primavera, era sacada en bloques
de hielo y puesta a la venta. En Murcia funcionaron
desde el siglo XVI, y su consumo era tenido por
muy saludable, por lo que los encargados de su
venta estaban obligados a dispensarla a los enfermos
que se lo requiriesen a cualquier hora del día.
Pozos de la nieve en Sierra Espuña. Murcia.
Para la ubicación de estos pozos de la
nieve se elegían terrenos en lugares ventilados
y en pendiente. En el suelo se practicaba un agujero
en forma cilíndrica. Sobre él se
construía una cúpula, que le confería
su fisonomía característica.
Se le dotaba con un suelo de piedra, con un desagüe
por el que debía salir el agua procedente
del deshielo, con el fin de mantenerlo seco. Las
paredes estaban forradas con cantos. Una escalera
en espiral, pegada a los muros, bajaba hasta el
fondo para permitir a los trabajadores realizar
las correspondientes operaciones.
Un caso atípico se da en Bullas, donde
a mediados del siglo XVIII la Cofradía
de las Benditas Ánimas del Purgatorio fabrica
en el casco urbano un pozo de la nieve. Cuando
nevaba, la cofradía contrataba hombres
para que realizaran las labores de recogida de
nieve. En sus proximidades no se permitía
la construcción de viviendas por “estar
destinadas dichas tierras para coxer nieve”.
Hoy sólo se conserva vestigios de su existencia
en Bullas por el nombre de las calles que parten
de la zona en la que se encontraba el pozo de
la nieve: la calle “Nieve alta” y
la calle “Nieve baja” o “Pozo
de la nieve”.
( Img: servicios.laverdad.es/murcia_agua/cap4.4.htm) |
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Ver documento PDF sobre
les cases de sa neu
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