Una de las demostraciones prácticas de la II Jornada de Construcción Bioclimática consistió en la ejecución de un adoquinado rústico, nuestro tradicional "codolat".La palabra viene de "codol" canto rodado o piedra de tamaño considerable, aprox como un balón de futbol, que se utiliza para este tipo de suelo.

El codolat es en si mismo un paradigma de los buenos principios de la construcción tradicional que queremos transpasar a la construcción bioclimática contemporánea:

- Materiales locales: piedra y tierra. Ni arena, ni cemento ni herramientas sofisticadas. Únicamente un martell de picapedrer y algo de oficio.

- Mano de obra local: el "marger" o "paredador" es el maestro que se dedica profesionalmente a levantar muros de contención o división de pared seca, pero la mayoría de campesinos tenían un conocimiento , suficiente de la técnica como para hacer ellos mismos la mayoría de estos trabajos, preferentemente en invierno, cuando no había mucho trabajo en el campo.

Tras los eufóricos años 90 y 2000, la autoconstrucción vuelve a emerger como alternativa viable para los propietarios, debido a los altos precios de la mano de obra en occidente y a la especulación galopante que ha disparado los precios de mercado a alturas poco "sostenibles", en ambos sentidos de la palabra.

Primeramente se delimita el terreno, habitualmente con cuerdas. En nuestro caso, al tratarse de una muestra, utilizaremos un marco de maderas recicladas. ( Img: Paco Alonso en su demostración sobre geobiología práctica)
Empezamos a preparar el lecho, separando las piedras de la tierra.
Parte de la tierra se criba, reservándola para la ultima parte de la obra. Miquel Angel vierte la tierra desde la "senalla", la cesta, sobre el "porgador" , criba, que sostiene Joan.
Preparado el terreno y delimitados los límites, estamos preparados para iniciar el adoquinado.
Miquel Angel y Joan van preparando las piedras, recortándolas como con sus "martells".
Empezando por una esquina, se van colocando las piedras con la cara plana arriba, cuidando de que apoye sobre su larga "coa", cola, en forma cónica.
El trabajo avanza.
Los huecos entre las piedras son rellenados cuidadosamente con las esquirlas que surgieron en el momento de recortar las piedras: todo el material será reutilizado, otro de los buenos principios de la construcción tradicional que queremos trasladar a la construcción bioclimática.
A falta de una piedra por colocar, el trabajo está ya casi terminado.
Finalmente, se rellenan las finas juntas con la tierra que cribamos al principio, y se compacta fuertemente con una ramita verde. Tras las primeras lluvias, naceran las hierbas, que con su tupida red de raices, impediran que las lluvias torrenciales arrastren la tierra. ( Img: Paco Alonso en su demostración sobre geobiología práctica)
El "Codolat" ha quedado ya listo. Una técnica asombrosamente simple, estable en el tiempo y que, como tantas otras tradiciones isleñas, proviene directamente de la técnica utilizada por los romanos en sus calzadas.
Podemos comprobar la impresionante resistencia al tiempo y a la erosión que presentan estos trabajos en la red de caminos de montaña y en algunos de los tramos supervivientes de las antíguas calzadas romanas de la isla. ( Img: torrent de Biniaraitx, Soller.) Ver página relacionada
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