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( Extracto de "La ciudad desvanecida".
Marius Verdaguer 1953. Reeditado en 1977 por la editorial
Moll. Notas por Miquel Ramis )
| Las leonas del Borne, que todavía no existían
en el tiempo de la siguiente historia... |
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Muchos de los edificios que durante mi infancia formaron
el lecho del Borne también han desaparecido.
Algunos, como damas demasiado arrugadas, se fueron
silenciosamente, sin que nadie se diera cuenta.
Un día paredaron una puerta, otro día
condenaron una ventana, después se levantó
una pared nueva; y así, insensiblemente, buena
parte de las casas del Borne fueron cambiando de aspecto.
El mazo de la reforma también intervino, y el
Borne, desposeído de muchas de sus casas demasiado
deslucidas que cedieron el sitio a otras de formas de
estilo más moderno, adquirió un aspecto
menos provinciano.
Donde ahora està el cine Borne (1) antiguamente
estaba la casa del Casino Militar, una especie de torre
a la que se entraba por una escalera descubierta que
conducía a la gran terraza.
Antes de establecerse el Casino Militar, el casal estaba
cerrado, y en los bajos había el enorme portón
de una cochería, y a su lado, una lápida
clavada en la pared, que decía:
Lagrange marmolista
El marmolista Lagrange pertenece casi a la prehistoria
del Borne. (2)
Recuerdo de manera muy vaga su abundante barba blanca,
la larga blusa cubierta de polvo y los grandes bloques
de mármol que se amontonaban en la calle, convertida
en depósito, hasta casi invadir el quiosko de
la musica, que antes era de madera y dentro del que
se alojaba un misterioso fotógrafo.
Lagrange trabajaba siempre en la calle.
Su especialidad eran las lápidas, que, al atardecer,
dejaba acuñadas en la pared de la cochería,
y en los troncos de los árboles que crecían
más adelante. (3)
De manera que cuando acababa la noche y el paseo quedaba
apenas iluminado por un agonizante fanalón de
gas, aquella parte tenebrosa de la cochería del
marmolista daba la sensación angustiosa de un
pequeño cementerio. A veces podían leerse
en las lápidas nombres de personas conocidas
que hacia poco habíamos visto pasear por el Borne,
y aquello acababa de dar una impresión estremecedora,
sobretodo si tenemos en cuenta el ambiente de entonces,
viciado todavía por el áura melancoliosa
del romanticismo.
Un día que paseabamos por delante de la cochería
de Lagrange, en el coche de Don Francisco Manuel de
los Herreros, dijo este, recordando la terrible epidemia
de cólera de Palma:
- Palma estaba tan desierta, que el marmolista Lagrange
se trasladó a vivir en medio del Borne para huír
de su cochería, que estaba infectada. Se construyó
una especie de barraca primitiva y una cocinilla y allá
vivió en la soledad del Borne, tranquilamente,
hasta que la ciudad, pasada la epidemia, volvió
a reanimarse.
Un día se cerró el portalón de
la cochería y no volvió a abrirse jamás.
Lagrange había muerto.
Pero durante muchos años, unos pesados bloques
de mármol se mantuvieron apoyados frente la puerta
de la cochería. (4)
Notas:
1) En cine Borne también cerró, y su
lugar lo ocupa ahora la tienda de Zara.
2) Lagrange es obviamente un apellido francés,
lo que confirma una vez más la itinerancia de
los canteros.
3) Que tiempos aquellos en los que un material tan
preciado como el mármol podía dejarse
en la calle sin miedo a que nadie se lo llevara.
4) El respecto por lo ajeno se mantenía más
allá de la desaparición del propietario,
probablemente en previsión de que algún
dia acudiera un familiar a reclamar la herencia.
Ver ampliación de
la lápida
Ver historia del arte: romanos
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