( Miquel Ramis )
En el museo romano de Alcudia se encuentra una pequeña
lápida de mármol hallada en las ruinas
de Pollentia. Las palabras sencillas y emotivas del
epitáfio, , llegan hasta nosotros , tras un sueño
de 2.000 años de olvido.
La piedra, una vez más, ha sido cápsula
de tiempo que guardó celosamente el mensaje,
intacto en su belleza antígua :.
" A los Dioses Manes* de Cornelio Attico,
por constante sobrenombre (llamado) el Pancratista**.
Engañado por el hado inícuo, aquí
reposa el desgraciado.
Acostumbraba a fortalecer sus miembros en contínuas
palestras
y con el arte de su sobrenombre entusiasmó
al pueblo con frecuencia.
Tú, que fuiste de la tierra fértil
formado
y luego quemado a fuego y humo,
ya nada eres,
sino lo que perdonó la llama.
Huesos y Cenizas yacen
al abrigo de esta piedra."
"Als Deus Manes de Corneli Attic, per constant
sobrenom (anomenat) el pancratista. Enganyat per el
fat ínic, aquí reposa el desgraciat. Acostumá
a enfortir el seus membres a contínues palestras
i amb l'art del seu sobrenom entusiasmá al poble
amb frequencia. Tú que fores de la terra fértil
format i després cremat a foc i fum, ja no ets
res, sols el que perdoná la flama. Ossos i cendres
jeuen arrecés d'aquesta pedra"
* Los dioses manes son los dioses familiares de cada
família, antepasados que cuidan y vigilan su
descendencia mientras que esta les recuerda y les venera.
Los cinéfilos recordarán la escena de
Gladiator cuando se reencuentra con su criado en Roma:
le entrega, envuelto en un pañuelo, las estatuíllas
de los dioses manes de su familia.
** El Pancrátio (pan-kratos, vigor corporal)
era un tipo de lucha habitual en Grecia y Roma, mezcla
de llaves y golpes. El pugilato, en cambio, consistía
en una competición entre dos componentes que
se dejaban golpear alternativamente hasta que uno de
los dos caía derribado.
Como vemos, los romanos enterraban los restos de sus
muertos tras quemarlos en una pira funerária.
La lápida fué descubierta en 1933 en Can
Tous y es una de las escasas lápidas romanas
de mármol que han llegado hasta nuestros días.
Una leyenda, de dudoso fundamento, dice que la costumbre
de hacer los estucos con marmolina, utilizada precisamente
por los romanos, llevó en siglos posteriores
a la destrucción de estás lápidas
de mármol para convertirlas en polvo de marmolina
en lugares como Mallorca, donde no existen canteras
de mármol blanco y por tanto carecen de imprescindible
ingrediente.
Si bien no es fácil de comprobar, no debemos
olvidar que algunos bellos palacios del renacimiento
en Roma fueron levantados con sillares desmontados del
Circo Máximo. Ironía suprema siendo el
renacimiento un redescubrimiento de la estética
y arquitectura antígua.
En El Djem, Tunez, se encuentra un circo romano en
muy buen estado de conservación gracias a que
en siglos posteriores, la zona fue siempre muy pobre
y los escasos habitantes solo desmontaron los sillares
más pequeños, que podían transportar
a lomos de camellos para construir sus casas y cobertizos.
Como en tantas ocasiones, el estado actual de muchos
monumentos no se debe tanto a la erosión de los
siglos transcurridos sino a la mano del hombre.
El sobrenombre "atticus" parece indicar un
origen griego, (Ática). Como en la actualidad,
los buenos deportistas se desplazaban de país
en país, buscando un mejor contrato, o quizás,
buscando un nivel ménos alto si provenía
de una gran ciudad como Roma o Mérida y ya no
era tán joven.
Ver ampliación de
la lápida
Ver historia del arte: romanos
Ver El marmolista Lagrange
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