(Fragmentos seleccionados por Miquel Ramis.)
EN SOLITUT, PERO NO SOLITARIS
RECONDUIM LA VIDA AMB LA CERTESA
QUE CAP ESFORC NO CAURA EN TERRA EIXORCA.
DIA VINDRÁ QUE ALGÚ BEURÁ A MANS PLENES
L'AIGUA DE LLUM QUE BROLLI DE LES PEDRES
D'AQUEST TEMPS NOU QUE ARA
ESCULPIM NOSALTRES.
( En soledad, pero no solitarios, reconducimos la vida con la certeza que ningún esfuerzo caerá en tierra estéril.
Dia vendrá que alguien beberá a manos llenas el agua de luz que brote de las piedras de este tiempo nuevo que ahora esculpimos nosotros.)
Miquel Martí i Pol.(Aportado por Bernadí Seguí)
"Sa
pedra i sa gubia" ( Fragmento)
Som de bona calitat
be es coneix que res me manca
tenc es gra menut i fi
jo som llissa i forta i blanca:
som pedra de santanyi
(Soy de buena calidad
bien es sabido que nada me falta
tengo el grano pequeño y fino
yo soy lisa, fuerte y blanca:
soy piedra de Santanyí.)
Tomás Aguiló, poéta
mallorquín ( 1812-44).
Aportado por Sebastián
Caldentey.
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DEAD
COW FARM ( From Fairies and Fusiliers)
An ancient saga tells us how
In the beginning the First Cow
(For nothing living yet had birth
But Elemental Cow on earth)
Began to lick cold stones and mud:
Under her warm tongue flesh and blood
Blossomed, a miracle to believe:
And so was Adam born, and Eve.
Here now is chaos once again,
Primeval mud, cold stones and rain.
Here flesh decays and blood drips red,
And the Cow's dead, the old Cow's dead.
( Una antígua saga nos
cuenta como
en el principio la primera vaca
( pues nada había aún nacido sino
la vaca elemental sobre la tierra) Empezó
a lamer frias piedras y barro:
bajo la cálida carne y sangre de su lengua
floreció, un milagro para creer:
y así nació Adan, y Eva.
Aqui ahora es caos nuevamente,
barro primigenio, frias piedras y lluvia.
Aqui la carne humana decae y la sangre gotea roja,
y la vaca está muerta, la vieja vaca está
muerta.)
Robert Graves.(1895-1985)
( Img: arxxiduc.wordpress.com/2007/05/)
Tumba del Poéta inglés
Robert Graves. Deiá. Mallorca. |
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EN PAZ
Artifex vitae artifex sui
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo,
Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
Porque veo al final de mi rudo
camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre
rosas.
...Cierto, a mis lozanías
va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese
eterno!
Hallé sin duda largas las
noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol
acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos
en paz!
Amado Nervo, Mexico ( 1870-1919)
( No todos los días se encuentra un poéma
con el nombre de Artifex!!!)
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Fragmento
de "el payador perseguido"
"El trabajo es cosa buena,
es lo mejor da la vida;
pero la vida es perdida
trabajando en campo ajeno.
Unos trabajan de trueno
y es para otros la llovida.
Trabajé en una cantera
de piedritas de afilar.
Cuarenta sabían pagar
por cada piedra polida,
y era a seis pesos vendida
en eso del negociar.
Apenas el sol salía
ya estaba a los martillazos,
y entre dos a los abrazos
con los tamaños piedregones,
y por esos moldejones
las manos hechas pedazos."
Atahualpa Yupanqui
( El que viene de lejana tierra para decir algo)
Argentina 1908-1992)
Otro gran folklorista, Jorge Cafrune,
tiene una versión impresionante de esta
misma canción.
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"Las
Piedras"
“Las piedras, ¡ah¡,
las piedras tienen un secreto
dolor que se muestra como en carnes vivas
cuando en su egoísmo doliente y discreto
parece que no hacen de la vida caso
y ante el tiempo se alzan sordamente esquivas,
como si quisieran impedirle el paso.
Resignadamente mudas ante el viento
y el agua, no incuban otro pensamiento
que el de ser rebeldes a su propia suerte
y sufrir altivas su destino ciego,
mas allá del agua, del viento y del fuego,
sin ansias, sin fuerzas, sin vida, sin muerte.
Es un prometeico suplicio sin
nombre,
más que el de ser bestia o árbol,
se diría
que son anteriores momentos del hombre
y que sufren una vengativa norma
- presas en sí mismas -, quizás
porque un día
robaron al caos el don de las formas.
Con el vano alarde de un símbolo
serio
- cuando el rostro vago de la luna asoma -,
se las ve indagando cosas del Misterio,
y abren, ante el viento que audaz las golpea,
sus desesperadas bocas sin idioma,
o erigen su absurda testa sin idea”.
Alfonso Cortés, Nicaragua
(1893-1969)
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Allá
voy, allá voy, piedras, esperen!
Alguna vez o voz o tiempo
podemos estar juntos o ser juntos,
vivir, morir en ese gran silencio
de la dureza, madre del fulgor.
Alguna vez corriendo
por fuego de volcán o uva del río
o propaganda fiel de la frescura
o caminata inmóvil en la nieve
o polvo derribado en las provincias
de los desiertos, polvareda
de metales,
o aún más lejos,
polar, patria de piedra,
zafiro helado,
antártica,
en este punto o puerto o parto o muerte
piedra seremos, noche sin banderas,
amor inmóvil, fulgor infinito,
luz de la eternidad, fuego enterrado,
orgullo condenado a su energía,
única estrella que nos pertenece.
Pablo Neruda. Chile (1904-1973)
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Teruel (Fragmento)
Cantero de la piedra en cada cosa,
exiges la materia de tu hispano
granito, que es la piedra más hermosa.
En el granito se probó
tu mano,
como en la harina, el yeso y la madera
se prueba tanto puño de artesano.
Eso es hacer la mano duradera,
y eso es vivir a prueba de peñones,
y eso es ahondar la sangre y la cantera.
Miguel Hernandez. España
(1922-1936)
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"Piedra"
"Lo que dice la piedra
sólo la noche puede descifrarlo
Nos mira con su cuerpo todo de
ojos
Con su inmovilidad nos desafía
Sabe implacablemente ser permanencia
ella es el mundo que otros desgarramos"
José Emilio Pacheco. Mexico
(nacido en 1939)
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LÁZARO
EN SU CUEVA
Soy poeta rupestre y fruto tuyo.
Soy la piedra de mí, mi
propia estatua
antes de ser tallada, el corazón
de mármol anterior a la cantera
del canto. Acuérdate
que la palabra canto significa
piedra y canción, orilla y alabanza.
Soy poeta rupestre y Roma es mi
caverna
llena de ruinas, de restos de ruinas,
de gatos egipcios, de columnas rotas,
de higueras casuales, de templos de Mitra,
de ayer, de gaviotas, de pinos que tienen
el mar en sus copas, de frases de mármol
que nadie comprende.
Son piedras las palabras. Un poema
es horma, torre, tapia
sonora que desea ser saltada,
que alguien la salte y vea
que es la de un cementerio, que detrás
hay sólo tumbas, cruces entre ortigas,
cipreses y una lápida
con un nombre, dos fechas, una foto
y un epitafio cubierto de líquenes.
Soy poeta rupestre
y lo que escribo llevará siempre
el musgo y el misterio
de lo que callo. Sólo sé escribir
de aquello que no sé.
Escribo sobre el mármol de los días
mi memoria, las huellas de mis manos,
y tu voz sola, madre, que me dice:
“No siento haberte perdido
sino que nadie te encontrará nunca”.
Soy poeta rupestre. Sepultado
me adentro en mi caverna
y me cubro de indiferencia y líquenes
para parecer piedra cuando vuelvan
los trogloditas a su antiguo reino,
al vientre de la tierra, y no me vean
y me dejen en paz, o en todo caso,
que me tomen por piedra pensativa,
me pinten en el lomo un cazador,
un ciervo herido, un toro, la silueta
de una mano, me cojan y me pulan
y acabe siendo punta de una flecha
para clavarme dónde, dónde, madre.
Juan Vicente Piqueras. España,
1960 |
Sepultura
de la imaginación
Un albañil quería ... No le faltaba
aliento.
Un albañil quería, piedra tras piedra,
muro
tras muro, levantar una imagen al viento
desencadenador en el futuro.
Quería un edificio capaz de lo más
leve.
No le faltaba aliento. ¡Cuánto aquel
ser quería!
Piedras de pluma, muros de pájaros los
mueve
una imaginación al mediodía.
Reía. Trabajaba. Cantaba. De sus brazos,
con un poder más alto que el ala de los
truenos,
iban brotando muros lo mismo que aletazos.
Pero los aletazos duran menos.
Al fin era la piedra su agente. Y la montaña
tiene valor de vuelo si es totalmente activa.
Piedra por piedra es peso y hunde cuanto acompaña
aunque esto sea un mundo de ansia viva.
Un albañil quería ... Pero la piedra
cobra
su torva densidad brutal en un momento.
Aquel hombre labraba su cárcel. Y en su
obra
fueron precipitados él y el viento.
Miguel Hernandez. España.
(1919-1942) |
Soneto
( Para Victoria Colonna)
No tiene el gran artista ni un
concepto
que un mármol sólo en sí
no circunscriba
en su exceso, mas solo a tal arriba
la mano que obedece al intelecto.
El mal que huyo y el bien que me prometo,
en ti, señora hermosa, divina altiva,
igual se esconde; y por que más no viva,
contrario tengo el arte al deseado efecto.
No tiene, pues, Amor ni tu belleza
o dureza o fortuna o gran desvío
la culpa de mi mal, destino o suerte;
si en tu corazón muerte y piedad
llevas al tiempo, el bajo ingenio mío
Miguel Angel
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CANTO
RÍO CON TUS AGUAS
Canto, río, con tus aguas:
De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no lloran.
Yo nunca seré de piedra.
Lloraré cuando haga falta.
Lloraré cuando haga falta.
Lloraré cuando haga falta.
Canto, río, con tus aguas:
De piedra, los que no gritan.
De piedra, los que no ríen.
De piedra, los que no cantan.
Yo nunca seré de piedra.
Gritaré cuando haga falta.
Reiré cuando haga falta.
Cantaré cuando haga falta.
Canto, río, con tus aguas:
Espada, como tú, rio.
Como tú también, espada.
También, como tú, yo, espada.
Espada, como tú, río,
blandiendo al son de tus aguas:
De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no gritan.
De piedra, los que no ríen.
De piedra, los que no cantan.
Rafael Albertí, España
(1902-1999)
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CUERPO PRESENTE
La piedra es una frente donde
los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados,
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas
y planetas.
Yo he visto lluvias grises hacia
las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes
y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra
Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿que pasa? Contemplad
su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia
penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio
con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el
sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos
redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los
hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos.
Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen donde está
la salida
para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen
un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda
de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara
con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se
muere el mar!
Federico García Lorca,
España (1899 - 1936)
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Romance
de Plomada y Nivel
"Los ladrillos son melodía
de barro cocido en un pentagrama de arena y cal,
al golpe acompasado de una cuchara de albañil”.
José Lopez. (www.edicionuno.com.ar/) |
"...Efectivamente, los ladrillos se parecen
bastante a las techas del piano
( ¡¡ resulta que
tu acabas de encontrar las blancas...!!) y el
golpe del palustre tiene al menos dos ritmos :
el rasgueo de la hoja metálica recogiendo
el mortero, más alegre, y el golpe seco
de la madera, solemne como un paso de semana santa.
Compongamos pues melodías de barro recargado
escritas en el aire, porque en el aire quedarán
luego, petrificadas, esas notas..."
( Fragmento de mensaje de Miguel
Ramis a Alfonso Ramirez, tras dirigir este unas
jornadas de bóvedas de ladrillo recargado
a los alumnos de Artifex. Alfonso acababa de descubrir
unos ladrillos de barro blanco para sus ultimas
bóvedas, ampliando la gama de tonalidades
del ladrillo.)
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