( Miquel Ramis)
Como hemos visto en el proceso de apagado de la cal,
esta reposa ahora bajo una capa de aqua. Este agua contiene
gran cantidad de hidróxidos de calcio, por lo
que experimenta la misma reacción química
de carbonatación. Esta es visible desde el mismo
dia siguiente del apagado: una capa de carbonatación
o nata que a pesar de su pequeño grosor, es en
realidad una costra de carbonáto cálcico,
es decir, piedra calcárea.
Esta pátina protectora se forma naturalmente
por la exhudación de la propia agua de cantera,
que se evapora en una piedra expuesta a la intemperie
dejando las sales en la superficie, siguiendo el mismo
proceso de formación de una estalagtita. Después,
sigue formándose por la acción de la lluvia.
Esta contiene dioxido de carbono, que penetra por capilaridad
en la piedra y convierte el carbonato cálcico
de la piedra caliza en bicarbonato.
Al evaporarse el agua, nuevamente este bicarbonato
se transforma en carbonato cálcico al evaporarse
el CO2. Con este proceso, se va creando una oelícula
carbonatada de 1 a 1,5 mm de espesor.
Por tanto, las pátinas no se crean en piedras
colocadas en el interior, mientras que en una piedra
golpeada a la que ha saltado una esquirla, la pátina
se le regenera de forma natural, cubriendo la "herida"
del mismo modo que haría la corteza de un árbol.
Esta pátina puede ser atacada por el
ácido sulfúrico contenido en la
lluvia ácida de la contaminación,
que transforma la piel de la piedra e incluso
la misma piedra en sulfato de calcio ( yeso puro
y duro). Por eso encontramos bolsas de polvo blanco
en viejas piedras, especialmente en ambientes
urbanos.
Si la piedra pierde totalmente esta capa protectora,
la piedra llega a la rotura, disgregación
o pulverización total, como vemos en algunos
casos extremos, especialmente en sillares de marés
de mala calidad.
( Img: Sillar disgregado en una
pared este de las torres
de la Seu de Palma, lado protegido del viento
del mar y de la tramuntana del norte.)
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La consolidación por agua de cal es la manera
más natural de reforzar una piedra. Los consolidantes
comerciales producidos por derivados del petróleo
son orgánicos y por tanto, tendrán una
vida limitada. Al descomponerse, quedarán depositados
en los poros de la piedra, lo que dificultará
tratamientos posteriores.
El agua de cal, con su alta concentración de
iones de cálcio, penetra en el poro. En contacto
con el anhidrido carbónico del aire, se convertirá
en carbonáto de cal, es decir, en piedra caliza.
Usos del agua de cal:
Este agua se utiliza para disolver los pigmentos para
la pintura al fresco. De esta manera se consigue la
fijación de los pigmentos al albarium,
la ultima capa del estuco para fresco.
Dar veladuras decorativas o protectoras a un muro.
Consolidación de la piedra, morteros y estucos.
Algunos usos medicinales, como pomada para quemaduras,
el linimento oleo-calcáreo:
40 gr de Aceite de semillas de lino o de almendras
+ 60 gr de agua de cal.
Tratamiento de consolidación
con agua de cal
La aplicación de agua de cal sobre una piedra
calcárea, le proporciona una capa extra de esta
película protectora, un verdadero cemento que
consolida su estructura interna sin alterar su apariencia
exterior ni sus propiedades naturales fisico-químicas
de dilatación térmica, porosidad...
La nueva capa de carbonatación es idéntica
a la natural, solo que aceleramos el proceso natural,
devolviendo a la piedra lo que le arrebató la
contaminación y la erosión.
Una vez recogida el agua de cal, la filtramos para
separarla de la capa de carbonatación superficial.
Con un aspersor, se aplica de 30 a 40 veces el agua
de cal, evitando que el agua se escurra. El proceso
dura varios días, dependiendo de la velocidad
con que se evapore el agua tras cada aplicación.
El objetivo es que el agua de cal penetre y sature la
piedra hasta alcanzar el interior sano.
Si esta agua de cal se tiñe con pigmentos
se llama veladura. Tradicionalmente, los edificios
históricos estaban cubiertos por capas
de agua de cal pigmentada o incluso por capas
de pintura de cal, que decoraban y protegían
los sillares.
Podemos encontrar rastros de veladuras, en el
edificio de La Lonja, por ejemplo, un bello color
anaranjado que se intenta reproducir ( inutilmente)
con aguadas de sulfato de hierro o de cobre, que
proporcionan tonos demasiado amarillentos y ocres,
nada naturales. |
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La dosificación de los pigmentos es muy baja
( aprox 1 gr x 10 litros de agua de cal) Dependiendo
del color de la piedra, aumentaremos la cantidad de
pigmento. Los mejores colores son los del paisaje circundante
( tierras, ocres) y el negro si se desea algunos tonos
grises ( Piedra de Binissalem, por ejemplo). Se aplica
la veladura en dos o tres capas, lo que nos permite
controlar el efecto de pigmentación que buscamos.
Si cepillamos el sillar al finalizar la veladura, conseguimos
rebajar el color en las zonas más salientes,
quedando más pigmento en las zonas rehundidas.
El resultado es resaltar el relieve de la piedra y reforzar
su apariencia pétrea.
Ver cal I
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